La banda británica Black Country, New Road nunca ha seguido un camino predecible, y "Forever Howlong" no es la excepción. Su tercer álbum de estudio marca un antes y un después, no solo en sonido, sino también en espíritu. Con nuevas voces que marcan el camino y una renovada profundidad emocional, la banda ofrece algo inesperado y profundamente resonante. Expongo por qué este disco merece toda tu atención.
ALBUM: Forever Howlong
El grupo británico Black Country, New Road (BCNR) regresa con "Forever Howlong", su tercer álbum de estudio, y posiblemente el más audaz hasta la fecha. Publicado el 4 de abril de 2025 a través de Ninja Tune, marca el primer álbum de larga duración de la banda sin el vocalista fundador Isaac Wood. Sin embargo, en lugar de refugiarse en la nostalgia o reinventarse a la fuerza, BCNR ha evolucionado con delicadeza hacia algo nuevo y, de alguna manera, aún más personal.
Ahora liderado por tres de los miembros originales de la banda: Tyler Hyde (bajo), Georgia Ellery (violín) y May Kershaw (teclados), "Forever Howlong" no solo retoma lo que "Ants From Up There" dejó. Reimagina el terreno emocional por completo. Si su disco en vivo de 2023, "Live at Bush Hall", fue un mapa tentativo del futuro, "Forever Howlong" es el camino recorrido.
De survival una sinfonía:
La salida de Wood en 2022 podría haber sido un punto. En cambio, fue una coma. La banda se reestructuró rápidamente y compuso un set en directo completamente nuevo, que finalmente se grabó como "Live at Bush Hall". Pero "Forever Howlong", producido por James Ford (conocido por su trabajo con Blur y Fontaines D.C.), es el verdadero testimonio de esa transición: cohesivo, intrincado y emocionalmente más rico que nunca.
Lo sorprendente del álbum es la naturalidad con la que se comparten las tareas de composición. Cada uno de los nuevos vocalistas aporta un tono distintivo, pero ninguno domina. En cambio, funcionan como movimientos en una conversación. Las extravagantes inclinaciones folk de Ellery, la densidad narrativa de Hyde y el minimalismo agridulce de Kershaw giran en torno a un tema central: cómo nos aferramos al amor y cómo permitimos que nos cambie.
Suena a la vez familiar y extraño:
Este no es el mismo BCNR que surgió del resurgimiento del post-punk en 2021. Atrás quedaron los bordes irregulares y los crescendos de la palabra hablada. En su lugar, se percibe un sonido más cálido y espacioso que se inclina hacia el pop barroco, el folk y las delicadas florituras orquestales. Clavicordios, banjos, timbales e incluso flautas dulces llenan el ambiente; sin embargo, el álbum nunca se siente recargado.
"Besties", el tema inicial, marca el tono: brillante, original y emocionalmente generoso. Lo que comienza como un remolino de saxofón y clavicémbalo se convierte en una cálida meditación sobre la amistad, cantada al unísono como un canto de patio convertido en gospel. Es una forma discreta y radical de abrir un álbum: no con un rugido, sino con un abrazo.
Más adelante, en "For the Cold Country", Kershaw susurra letras sobre microbiomas y frijoles sobre cuerdas que se hinchan. Suena extraño en teoría, pero en la práctica, es desgarrador. La mundanidad del autocuidado (tomar suficiente sol, prepararse una taza de café) se convierte en un sustituto de las formas en que intentamos seguir adelante cuando nuestro mundo interior flaquea.
Tres voces, un hilo:
El mayor triunfo del álbum reside en la interacción entre sus tres vocalistas. En lugar de competir por el espacio, tejen sus historias en un tapiz colectivo. "Two Horses" de Ellery comienza con un trote inocente antes de galopar hacia la tensión, una historia de traición envuelta en un vals de folk-rock. "Nancy Tries to Take the Night" de Hyde es más críptica, una fábula contada en fragmentos que nunca se resuelve del todo. El tema principal de Kershaw, "Forever Howlong", es una meditación minimalista — principalmente silencio, respiración y piano —, pero llega a lo más profundo.
Incluso los instrumentistas de la banda, con Charlie Wayne (batería), Lewis Evans (saxofón) y Luke Mark (guitarra) como pilares, aportan más que un simple acompañamiento. Su presencia es sutil pero vital. Los toques de charles de Wayne animan "Two Horses", los duetos de saxo de Evans con el piano de Kershaw, y la guitarra acústica de Mark, con sus dedos, suaviza los matices de "Goodbye (Don't Tell Me)" y "Mary".
Temas líricos: corazón, hueso y distancia:
Si bien el sonido puede haber cambiado, la esencia emocional de BCNR permanece intacta. Este es un álbum sobre la intimidad, no solo romántica, sino comunitaria. Sus canciones exploran cómo los vínculos evolucionan, se rompen o se fortalecen bajo presión.
En "Mary", los tres vocalistas cantan en una armonía casi perfecta, no como solistas, sino como testigos el uno del otro. Es un himno tranquilo a la unión. Por su parte, "Happy Birthday" aborda el tema de la inocencia perdida, con una estructura lírica que omite los coros tradicionales en favor de estribillos susurrados como "Cheer up, child".
Hay una sensación, a lo largo de todo el disco, de mirar la vida desde una perspectiva. De notar las cosas silenciosas que unen a las personas. Incluso cuando la letra roza lo surrealista (frijoles hirviendo, desayunos silenciosos, caballos huyendo), el sentimiento es clarísimo.
El arco emocional:
La estructura de "Forever Howlong" refleja un ciclo vital. Temas como Besties y Salem Sister abren la puerta con ligereza y humor, pero cada tema profundiza en el campo emocional. Para cuando llegamos a "For the Cold Country", el álbum está en su máximo esplendor: las cuerdas se intensifican, las voces se superponen, el dolor y la belleza se encuentran en el centro.
Las canciones finales — "Nancy Tries to Take the Night" y "Goodbye (Don't Tell Me)" — marcan el comienzo del ocaso. Hay melancolía, sí, pero no derrota. De hecho, los versos finales de Ellery, «Me he enamorado de un sentimiento», caen como un bálsamo. Nos recuerdan que incluso en la angustia, hay conexión. Incluso cuando algo termina, es solo parte de un ciclo mayor.
Reinvención sin desaparición:
Lo que hace a "Forever Howlong" tan poderoso no es que reinvente el Black Country, New Road, sino que los expande. El álbum no es una despedida del pasado de la banda, sino una continuación, reflejada a través de diferentes voces y texturas.
Quienes añoran el caos de sus inicios pueden sentir cierta ausencia. La ansiedad frenética de "For the First Time" ya no está presente. Pero en su lugar hay una tensión diferente: una arraigada en la moderación, el respeto mutuo y el compromiso con la expresión colectiva.
Este disco no grita para ser escuchado. Habla suavemente, confiando en que sus oyentes estén dispuestos a encontrarle un punto medio.
Disco recomendado
Absolutamente. Tanto si ya eres fan del Black Country, New Road como si los descubres por primera vez, "Forever Howlong" es un álbum excepcional, uno que crece con cada escucha. Es emocionalmente generoso sin ser sentimental, musicalmente aventurero sin ser alienante. Y lo más importante, se siente honesto.
En un mundo de ruido y espectáculo, "Forever Howlong" elige la valentía silenciosa. No impresiona con prisa, pero perdura, como el resplandor de una conversación que cambió algo profundo en ti.
Recomendado para quienes buscan sinceridad, intimidad y una banda que no teme transformarse.
Video del tema "Besties":
Tracklist:
1. "Besties" 3:36
2. "The Big Spin" 2:31
3. "Socks" 6:07
4. "Salem Sisters" 3:10
5. "Two Horses" 6:26
6. "Mary" 4:06
7. "Happy Birthday" 4:06
8. "For the Cold Country" 6:27
9. "Nancy Tries to Take the Night" 6:36
10. "Forever Howlong" 4:48
11. "Goodbye (Don't Tell Me)" 4:17
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