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JIMMY DAWKINS - Fast Fingers - Album

Antes de ser conocido como "Fast Fingers", Jimmy Dawkins era una figura discreta en la escena del blues de Chicago, respetado por sus colegas, pero en gran medida desconocido para el público general. Eso cambió en 1969, cuando saltó a la fama con un álbum debut que capturaba la garra, el soul y la urgencia eléctrica del sonido del West Side. El LP "Fast Fingers" no era solo un título, era una declaración, una tarjeta de presentación y un vistazo al talento puro de un guitarrista que tocaba no por fama, sino por sentimiento. Permíteme acercarte para conocer un poco más al hombre detrás de la música y por qué su debut, "Fast Fingers", es un disco muy recomendable.

Introducción: ¿Quién fue Jimmy Dawkins?


La historia de Jimmy Dawkins comienza lejos de los clubes de blues iluminados por neón de Chicago. Nacido como James Henry Dawkins en Tchula, Mississippi, en 1936, su juventud resonó con el pulso rural del Delta. Pero cuando se mudó al norte, a Chicago, en 1955, la escena del blues eléctrico de la ciudad le inspiró. Aunque comenzó humildemente, trabajando en una fábrica de cajas durante el día y tocando en clubes por la noche, Dawkins se forjó una reputación poco a poco, no a través de su teatro ni sus acrobacias, sino gracias a una dedicación inquebrantable a su arte.

JIMMY DAWKINS - Bluesman

Jimmy Dawkins nunca fue la figura más llamativa del West Side de Chicago, pero no necesitaba serlo. Su intensidad, su ritmo pausado, sus líneas de guitarra profundamente emotivas y sus solos agudos y reflexivos le valieron un lugar venerado en el blues de Chicago. Se convirtió en una pieza clave de la vibrante comunidad musical de la ciudad, tocando con figuras como Koko Taylor y Wild Child Butler, y contribuyendo a discos emblemáticos, desde Sleepy John Estes hasta Luther Allison. Aún así, no fue hasta 1969, con la ayuda de su amigo Magic Sam, que Dawkins finalmente tuvo la oportunidad de saltar a la fama con su álbum debut, "Fast Fingers".


ALBUM: Fast Fingers


Este no es un blues álbum de 1969 que intente deslumbrarte con un refinamiento de estudio ni trucos extravagantes. En cambio, te conquista con honestidad y sentimiento. Desde la primera canción, "It Serves Me Right to Suffer", el disco establece un tono más reflexivo que estridente. La guitarra de Dawkins no grita, sino que llora, suplica, canta. Este tema inicial se siente como una conversación entre el hombre y la máquina: cada curva de cuerda es una confesión silenciosa, cada nota, una nota al pie de algo no dicho.

JIMMY DAWKINS - Fast Fingers - Album

Ese diálogo entre voz y guitarra recorre todo el álbum. Hay una sinceridad en la forma de tocar de Dawkins que es difícil de fingir. Es sutil, a veces incluso discreta, pero siempre arraigada en la verdad emocional. Los solos de guitarra en "I Learned a Lesson" y "Sad and Blues" no buscan la velocidad por la velocidad (aunque hay mucha). Son momentos de catarsis, crudos, urgentes y humanos. El instrumental más destacado del álbum, "Triple Trebles", exhibe el toque característico de Dawkins. Es funky, compacto y acentuado por una sección de vientos con un groove intenso que eleva el conjunto a algo alegre e hipnótico. Sin embargo, Dawkins sigue siendo el ancla. Sus solos son rápidos, sí, pero también precisos y conmovedores, como si canalizara algo más profundo que la técnica.


El sonido del Chicago West Side:


"Fast Fingers" captura lo que a menudo se denomina el "sonido del West Side", un estilo de blues de Chicago conocido por su agudeza eléctrica y su estilo urbano. Pero Dawkins no se limitó a imitar lo que hacían otros. Añadió sus propias pinceladas, ritmos más lentos, atmósferas reflexivas y un trabajo de guitarra que se sentía como arcos narrativos por sí mismos.

En "Night Child" y "Breaking Down", se deja llevar por largas improvisaciones que no parecen sin rumbo, sino deliberadas. Si bien algunos críticos han notado cierta monotonía en la segunda mitad del álbum, vale la pena considerarlo desde otra perspectiva: no como una secuencia de éxitos radiofónicos, sino como un único viaje emocional. Fluye y refluye como un largo paseo por la memoria, donde ciertos sentimientos se superponen y se intensifican.

JIMMY DAWKINS - Fast Fingers - Album (backcover)

La dupla consecutiva de "I Don't Know What Love Is" y "Breaking Down" puede que supere los cinco minutos cada una, pero se siente merecida. No son canciones para el ruido de fondo; exigen atención y también la recompensan.

Una voz con soul:


Uno de los elementos más sorprendentes del LP "Fast Fingers" es la voz de Dawkins. Nunca se consideró un líder, y eso se nota, no en su falta de confianza, sino en una especie de moderación que le favorece. Hay un cansancio en su forma de cantar, una vulnerabilidad que hace que cada verso parezca vivirse en tiempo real. No canta en exceso. No lo necesita. La voz complementa a la guitarra, sin competir por espacio, sino trabajando en conjunto.

También es lo que hace de este álbum algo más que una simple exhibición técnica. Sí, Dawkins podía tocar con los mejores, pero lo que lo distingue es la carga emocional que hay tras esas ráfagas de notas. No solo tocaba para ganar aplausos, tocaba desde un lugar real.

Un álbum que resiste la prueba del tiempo:


En un mundo más justo, Jimmy Dawkins podría haberse convertido en un nombre conocido junto a Buddy Guy u Otis Rush. Pero Dawkins nunca fue de los que perseguían la fama. Una vez admitió que no se atrevía a hacer trucos ni a presumir solo para ganarse al público. Simplemente tocaba el blues como lo sentía, con calma, fuerza y ​​honestidad.

Después de "Fast Fingers", Jimmy Dawkins lanzaría muchos más álbumes, realizaría giras internacionales e incluso fundaría su propio sello para promocionar a artistas más jóvenes. Pero este debut sigue siendo especial. No es solo un disco que catapultó su carrera, sino la imagen de un hombre que se entrega por completo a su arte, sin filtros ni disculpas.

Por qué deberías escuchar "Fast Fingers":


Si siempre buscas música auténtica, que priorice el sentimiento sobre la ostentación, entonces "Fast Fingers" es imprescindible. Puede que no sea un álbum de éxito ni sencillos de gran éxito, pero dale tiempo, este es un álbum que crece contigo.

Disco recomendado


Tanto si ya eres fan del blues como si apenas estás incursionando en el género, "Fast Fingers" es una revelación silenciosa. Nos recuerda que el blues no se trata solo de desamor y dificultades, sino de resiliencia, expresión y la belleza de sentir algo profundamente y expresarlo nota a nota.

Así que busca esta joya de 1969 o escucharla en streaming dondequiera que escuches tu música. Relájate. Escucha con atención. Deja que Jimmy Dawkins te lleve a otro lugar, a un lugar más lento y conmovedor. Es más que un simple disco. Es una conversación que vale la pena tener.

Video del tema "It Serves Me Right to Suffer":

Tracklist:

1 It Serves Me Right to Suffer
2 I Wonder Why
3 I'm Good for Nothing
4 Triple Trebles
5 I Finally Learned a Lesson
6 You Got to Keep on Trying
7 Night Rock
8 Little Angel Child
9 I Don't Know What Love Is
10 Breaking Down
11 Sad and Blues
12 Back Home Blues

Créditos

Formación:

  • Jimmy Dawkins - Voz y guitarra
  • Mighty Joe Young - Guitarra
  • Eddie Shaw - Saxofón tenor
  • Lafayette Leake - Piano y órgano
  • Joe Harper y Ernest Gatewood - Bajo
  • Lester Dorsie - Batería

Productor: Steve Wagner

Grabado el 28 de noviembre de 1968 y el 21 de enero de 1969 en Sound Studios.

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