Aún recuerdo haber escuchado hace mucho tiempo el álbum "Steve McQueen". Era tarde, estaba solo con unos auriculares y sin grandes expectativas, solo la curiosidad que despertaba un nombre que aparecía constantemente en los rincones más tranquilos de las conversaciones musicales. Lo que escuché esa noche me dejó flipado. Había algo inusualmente tierno y profundo en esas canciones, algo que parecía haber sido escrito solo para mí; sigue ocurriendo incluso décadas después de su lanzamiento. He llevado este álbum conmigo desde entonces. Si valoras la composición reflexiva, la honestidad emocional y las melodías que se desarrollan lentamente pero te perduran, creo que podrías terminar llevándolo contigo también. Permitirme recomendarte este disco tan especial.
ALBUM:Steve McQueen
Si nunca has oído hablar de Prefab Sprout, no estás solo. Para muchos fuera de Gran Bretaña, el nombre evoca una simple bolsa de verduras congeladas. Pero tras ese peculiar apodo se esconde una de las bandas más cultas, melódicas y discretamente influyentes de la década de 1980. Su álbum de 1985, "Steve McQueen", o "Two Wheels Good", como se re-tituló en Estados Unidos debido a problemas legales con el patrimonio del actor, es una obra de una sofisticación excepcional y una sutil fuerza emocional.
Descubrí este disco por primera vez mientras exploraba bandas del pop británico menos conocido. Esperaba algo encantadoramente desconocido. En cambio, encontré algo discretamente magnífico. "Steve McQueen" no es solo una joya escondida, es un diamante que se esconde a plena vista.
De Witton Gilbert a un legado:
Los orígenes de Prefab Sprout son de lo más humildes posible. El líder Paddy McAloon pasó sus primeros años en el pueblo de Witton Gilbert, cerca de Durham (Reino Unido), absorbiendo novelas policiacas, bandas sonoras de Broadway y cualquier disco extraño que cayera en sus manos. Para cuando la banda se formó a principios de los 80, Paddy ya había escrito docenas de canciones, muchas de las cuales tardarían años en llegar a los oídos de los oyentes.
"Steve McQueen" comenzó a tomar forma tras un momento fortuito en BBC Radio 1. El artista de synth-pop Thomas Dolby participó como invitado en un panel y elogió la canción "Don't Sing" de la banda, de su álbum debut Swoon. Ese apoyo fortuito llevó a Thomas Dolby a producir su segundo álbum, su primer proyecto discográfico completo como productor.
El resultado es una colaboración que elevó a ambas partes. Los arreglos meticulosos y con textura de Dolby dieron espacio a la narrativa poética de McAloon. El álbum se grabó en varios estudios de Londres durante tres meses a finales de 1984, y se nota: cada nota se siente cuidadosamente colocada, cada sonido cuidadosamente pensado.
¿Cómo suena el disco?
Describir "Steve McQueen" es complicado porque se resiste a ser encasillado. En la superficie, es música pop: accesible, melódica, incluso radiofónica en ocasiones. Pero en el fondo, se nutre del country, el jazz, la música lounge e incluso de Broadway. Los exuberantes sintetizadores de Dolby nunca abruman y los coros cristalinos de Wendy Smith le dan al álbum su etérea esencia.
La canción de apertura, "Faron Young", empieza con un toque de guitarras vibrantes y un sintetizador con un toque de banjo que recuerda a la música country, pero no es un pastiche. McAloon usa el contexto para cuestionar la identidad cultural y el gusto musical: "Ofreces infrarrojos en lugar de sol, ofreces cucharas de papel y chicle". Es pegadiza, irónica y completamente original.
Luego llega "Bonny", un lamento melancólico envuelto en una de las melodías más elegantes del álbum. Escrita años antes, su arreglo sobrio —guitarras delicadas, percusión ligera, sintetizador ambiental— deja que el desamor hable por sí solo.
"Appetite", en cambio, es astuta y sensual. Toma su nombre y tema de una niña que nombra a su hijo con el mismo entusiasmo por la vida que ella misma. El estribillo se desliza sobre la voz de Wendy y una línea de bajo vibrante que rezuma una confianza serena. La voz de McAloon es casi coqueta, pero nunca petulante.
El centro emocional: "When Love Breaks Down":
Si "Steve McQueen" tiene una pieza central, es "When Love Breaks Down". Un éxito del Top 30 del Reino Unido, es probablemente la única canción del álbum que los oyentes ocasionales podrían conocer. Y merece ese reconocimiento. A diferencia de algunas canciones sobre rupturas que se hunden en la soledad, esta observa: "Las mentiras que nos decimos solo sirven para engañarnos a nosotros mismos", canta McAloon, reconociendo no solo el dolor, sino también la complicidad.
La producción es exquisita. La versión regrabada por Dolby de la canción elimina el brillo anterior, permitiendo que la línea de sintetizador y la voz se destaquen por sí solas. El efecto es atemporal: no está anclado en los 80, sino que evoca esa época.
Más joyas ocultas:
Goodbye Lucille #1, a veces llamada Johnny Johnny, es una oda agridulce al desamor juvenil. Su estructura, con un llanto en falsete casi al final, parece sacada de un musical del West End. Y lo dice con la mejor intención.
Video del tema "Goodbye Lucille #1":
"Hallelujah" no es la canción de Leonard Cohen que quizás estés pensando, pero está llena de confusión espiritual y brillantez lírica. "Las palabras dulces, como los dulces, corroen los dientes" es solo una de las muchas metáforas agudas de McAloon.
Y luego está "Moving the River", un tema surrealista y verboso que salta entre ritmos y estados de ánimo con un toque teatral. Paddy canta sobre la presión, la duda y las expectativas paternales, manteniendo al mismo tiempo la fluidez melódica por la que la mayoría de los compositores morirían.
Incluso temas más ligeros como "Horsin' Around" y "Blueberry Pies" esconden una carga emocional bajo su caprichosa superficie. La primera enmascara la infidelidad con una picardía con influencias jazzísticas. La segunda juega con el tiempo y el tempo como un final de teatro interpretado por fantasmas.
Una despedida con gracia:
El álbum cierra con "When the Angels", un homenaje a Marvin Gaye que deja de lado el sentimentalismo para dar paso a algo mucho más conmovedor. "Cuando los ángeles se llevan la voz angelical", canta Paddy, presentando lo divino como ladrones de belleza. Hay alegría, pero también resistencia, una negativa a lamentar pasivamente.
Por qué Steve McQueen es tan bueno:
Han pasado décadas desde el lanzamiento de "Steve McQueen". En ese tiempo, la música ha cambiado, las listas de éxitos han cambiado y la forma en que escuchamos ha cambiado. Pero este álbum sigue siendo inmediato, personal y vivo. No es nostálgico en el sentido habitual, simplemente nunca dejó de ser relevante.
Escucharlo ahora es un recordatorio de lo que la música pop puede ser cuando se trata como una forma de arte. Puede ser ingeniosa sin ser presumida, hermosa sin ser sentimental y compleja sin ser fría. En una era de algoritmos de streaming y poca capacidad de atención, este disco todavía te recompensa por sentarte y escuchar con atención.
Disco recomendado
Si buscas música que respete tu inteligencia, conmueva tu corazón y te inspire a escucharla repetidamente, te recomiendo "Steve McQueen". Es uno de esos raros álbumes que se siente como un secreto que tienes la suerte de descubrir. Y una vez que lo descubres, se queda contigo. Sigue siendo uno de mis discos favoritos de todos los tiempos.
Video del tema "Bonny":
Tracklist (Original):
1. "Faron Young" ("Faron" en US edicion) 3:50
2. "Bonny" 3:45
3. "Appetite" 3:56
4. "When Love Breaks Down" (UK y US ediciones tienen diferente mixes) 4:08
5. "Goodbye Lucille #1" ("Johnny Johnny" como single) 4:31
6. "Hallelujah" 4:20
7. "Moving the River" 3:57
8. "Horsin' Around" 4:39
9. "Desire As" 5:19
10. "Blueberry Pies" 2:24
11. "When the Angels" 4:29
Prefab Sprout:
- Paddy McAloon – guitarra, teclados, voz
- Martin McAloon – bajo
- Wendy Smith – teclados, coros
- Neil Conti – batería, percusión
Personal adicional:
Kevin Armstrong – guitarra (pistas 6 y 9)
Thomas Dolby - productor
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