A veces se puede percibir el crecimiento de una banda, no a través de coros más estridentes ni una producción más imponente, sino en la sutil forma en que su música empieza a respirar de forma diferente. Cuando escuché por primera vez "Dark Eyes", el debut de Half Moon Run de Montreal, me sentí atraído por sus sombras: las armonías inquietas, la sensación de confinamiento que hacía que cada canción resultara urgente. Con "Sun Leads Me On", la misma banda suena como si hubiera salido al exterior por primera vez, dejando que la luz y el aire la inunden sin perder la profundidad que los hacía cautivadores. Es un álbum que captura un punto de inflexión, el sonido del cambio que se desarrolla de forma natural, canción a canción. Deseo recomendarlo a los lectores de este blog de música.
ALBUM: Sun Leads Me On
Cuando una banda lanza un debut tan impactante como Dark Eyes, la pregunta inevitable es: ¿podrán superarlo sin perder lo que lo hizo especial? Half Moon Run, el cuarteto de Montreal conocido por sus intrincadas armonías y densidad emocional, respondió a esa pregunta en 2015 con "Sun Leads Me On". Años después, todavía se siente como un álbum que capturó a la banda en movimiento, a medio camino entre las sombras de sus inicios folk y la claridad de algo más luminoso, más seguro y, paradójicamente, más complejo.
Publicado por Indica Records en Canadá y Glassnote/Universal a nivel internacional, "Sun Leads Me On" surgió tras un torbellino de giras y autodescubrimiento. Escrito en parte en Montreal y en parte durante un retiro junto al mar en el sur de California, refleja esa dualidad: nieve y aire salado, introspección y tranquilidad, el estudio y la carretera. El primer sencillo, "Trust", salió en agosto de 2015, marcando la pauta de lo que vendría después: un álbum que se niega a conformarse con una sola identidad y, por esa misma razón, se siente vivo.
De las sombras del folk a la luz del sol:
Cuando escuché "Sun Leads Me On", me sentí inmerso en un caleidoscopio. La canción inicial, "Warmest Regards", comienza como una postal de otra época: cálida, analógica y nostálgica, con un toque de Going Up the Country de Canned Heat en sus florituras de flauta y una gracia melódica que recuerda a Here Comes the Sun de George Harrison. La voz de Devon Portielje posee la misma claridad y sobriedad que hicieron de Dark Eyes un disco tan cautivador, pero aquí se siente menos cargada, como si la banda hubiera cambiado la medianoche por la tarde.
Luego llega "I Can't Figure Out What's Going On", una canción que podría haber surgido de una sesión de Mumford & Sons, llena de armonías abiertas y rasgueos suaves, pero sin la energía frenética. Es sólida, fácil de apreciar, y sin embargo, antes de que pueda definir el álbum, "Consider Yourself" irrumpe con sus sintetizadores pulsantes y giros rítmicos agudos. De repente, nos encontramos en un paisaje completamente distinto, uno que le debe más a Foals y a los matices más oscuros de Radiohead que al resurgimiento del folk.
Ese trío de canciones te lo dice todo y nada sobre lo que sigue. Half Moon Run parece deleitarse en mantener al oyente en vilo. Para el cuarto corte, la hermosamente contenida "Turn Your Love", te das cuenta de que la única regla aquí es la variedad. La banda se mueve entre la intimidad acústica y la experimentación electrónica, pero el hilo conductor es una sensación de equilibrio, la idea de que la luminosidad y la melancolía pueden compartir el mismo espacio.
Una banda en maduración:
Al escuchar su primer LP, "Dark Eyes", lo que más impresionó fueron las sombras, la tensión dramática, la sensación de que sus armonías parecían casi fantasmales. En "On Sun Leads Me On", esa energía sigue ahí, pero se difumina a través de la luz del sol. Las canciones respiran de forma diferente. Hay más aire, más textura y más curiosidad por lo que se esconde más allá del sonido establecido de la banda.
Canciones como "Everybody Wants" y la que da título al disco, "Sun Leads Me On", son las que mejor muestran este crecimiento. La primera comienza como una suave canción folk antes de convertirse en algo casi sinfónico; la segunda es una de las piezas más hermosas que Half Moon Run ha escrito jamás. Construida alrededor de una sencilla figura de guitarra y la voz lastimera de Portielje, se desarrolla lentamente, ascendiendo hacia una tranquila catarsis que nunca llega. "Me voy hasta que el sol me traiga a casa", canta, un verso que captura toda la geografía emocional del disco. La canción brilla de esperanza, pero nunca niega el dolor que la aqueja.
Hay algo cinematográfico en la forma en que el álbum avanza, no a través de grandes gestos, sino a través de pequeños cambios de luz y textura. "Works Itself Out" late con una urgencia serena, mientras que "Devil May Care" avanza con armónicas y la energía relajada del primer Dylan. Luego está "Throes", un breve interludio de piano con un aire casi clásico, que nos recuerda que Half Moon Run no teme al silencio ni a la quietud.
Cada uno de los cuatro músicos, Portielje, Conner Molander, Dylan Phillips e Isaac Symonds, toca varios instrumentos, alternando guitarras, teclados, mandolinas y percusión según lo requieran las canciones. Esa flexibilidad se refleja no solo en los arreglos, sino también en la gama emocional: pueden sonar como un colectivo folk en un momento y como una banda de rock progresivo al siguiente, sin que ninguno de los dos se sienta forzado.
Entre la consistencia y el riesgo:
Los segundos álbumes siempre son como una cuerda floja. Si te apegas demasiado a tu debut, te arriesgas al estancamiento; si te dejas llevar demasiado, pierdes lo que te hizo único. "Sun Leads Me On" recorre esa línea con valentía e imperfección. Las primeras canciones pueden desorientar a algunos oyentes, los cambios de tono son abruptos y la secuencia no facilita una introducción fácil. Pero la perseverancia da sus frutos. Una vez que dejas de esperar continuidad, los contrastes del álbum se convierten en parte de su encanto.
El lado folk de Half Moon Run, tan presente en temas como "Hands in the Garden" y "Narrow Margins", ofrece una narrativa sutil que se siente vivida, mientras que los toques electrónicos en "Trust" o "Consider Yourself" apuntan a un futuro más nítido y ambicioso. Para cuando la canción final, "Trust", se desvanece, se siente como un puente entre lo viejo y lo nuevo: ritmos acelerados, voces con eco y la sensación de que la banda está lista para seguir adelante sin abandonarse por completo.
Algunos críticos de la época calificaron el disco de inconsistente. Yo lo veo de otra manera. "Sun Leads Me On" captura una banda en transición, no confundida, sino curiosa. Su diversidad reside en su honestidad. Se percibe que estas canciones fueron escritas por el puro placer de tocarlas, no para encajar en ninguna categoría o escena. Hay una soltura aquí que parece ganada tras la intensidad de Dark Eyes.
Lo que se revela:
La portada de "Sun Leads Me On" muestra una imagen borrosa de agua cayendo sobre la cabeza de alguien, tonos sepia, luz intensa y ambigüedad. Es una metáfora perfecta del disco en sí: purificador pero desconcertante, familiar pero elusivo.
Half Moon Run pertenece a esa generación de bandas canadienses, junto con Arcade Fire y The Barr Brothers, que aprendieron a fusionar las raíces del folk con texturas modernas. Sin embargo, su voz es inconfundiblemente propia. Esas armonías estratificadas, que a veces recuerdan a Crosby, Stills & Nash o The Shins, siguen siendo su mayor arma, pero ahora se presentan en una paleta más amplia.
El álbum no te lo ofrece todo de golpe. Requiere paciencia, escucharlo varias veces. Las primeras escuchas pueden dejarte perplejo; la quinta posiblemente te enganche. Y quizás ese sea el punto. Como comentó un crítico, algunos discos son como café instantáneo, otros como té de infusión lenta. Este es definitivamente esto último.
Disco recomendado
Sun Leads Me On no es un álbum perfecto, pero es bueno. Es el sonido de Half Moon Run expandiendo sus alas, arriesgándose y encontrando nuevas formas de conectar la emoción con el sonido. Se niega a quedarse estancado, y esa inquietud es lo que hace que valga la pena volver a escucharlo.
Si admiraste "Dark Eyes" por su atmósfera y profundidad, aquí encontrarás un horizonte más abierto, música que captura reflejos en lugar de sombras. Y si nunca has escuchado a la banda, este disco es un excelente punto de partida, precisamente porque captura muchas facetas de su identidad.
Años después, sigue sintiéndose fresco, impredecible. Puede que las canciones no siempre te lleven a la luz plena, pero te guiarán hacia ella, paso a paso, acorde a acorde. Deja que el sol te guíe.
Video del tema "It Works Itself Out":
Tracklist:
1. "Warmest Regards" 3:15
2. "I Can't Figure Out What's Going On" 3:15
3. "Consider Yourself" 3:53
4. "Hands in the Garden" 3:52
5. "Turn Your Love" 4:02
6. "Narrow Margins" 4:11
7. "Sun Leads Me On" 4:06
8. "It Works Itself Out" 4:07
9. "Everybody Wants" 5:01
10. "Throes" 0:54
11. "Devil May Care" 2:22
12. "The Debt" 4:01
13. "Trust" 4:51
Half Moon Run:
- Devon Portielje
- Dylan Phillips
- Isaac Symonds
- Conner Molander
Músicos adicionales:
- Quatuor Quatres Ailes – cuarteto de cuerdas
- Tazmyn Eddy – trompeta, fliscorno
- Alex Héon-Goulet – flauta
Producción:
Jim Abbis - productor



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