Ha pasado tiempo desde la última vez que escuché "The Man Who" de la banda Travis. El álbum ha permanecido en silencio en mi colección, medio olvidado. Recientemente decidí volver a escucharlo, con curiosidad por saber si esas canciones seguían teniendo el mismo peso que en 1999. Lo que me sorprendió no fue solo lo bien que se mantuvo, sino cómo su suave melancolía y su discreta belleza se sentían aún más relevantes hoy. Al escucharlo de nuevo, me di cuenta de que este no era solo un momento histórico para la música británica, sino un disco que te invita a volver una y otra vez. Permita que escriba una vez más una post recomendando este disco.
ALBUM: The Man Who
En la primavera de 1999, algo inesperado sucedió en la música británica. Un modesto cuarteto escocés llamados TRAVIS público su segundo álbum, "The Man Who", y a pesar de una recepción inicial dubitativa, se convirtió en uno de los discos más discretamente influyentes de su época. Lo escuché de nuevo hace poco y me impresionó la persistencia de su belleza. Si buscas música con resonancia emocional y una fuerza discreta, este álbum podría ser tu próximo descubrimiento.
La banda Travis había surgido en 1997 con Good Feeling, una colección de animadas canciones de indie rock producidas con una eficiencia impecable por Steve Lillywhite. Pero dos años después, dieron un giro. Para su siguiente trabajo, se unieron a Nigel Godrich, el productor de OK Computer de Radiohead, y comenzaron a crear algo mucho más delicado. El cambio fue tan profundo que, cuando su sello escuchó el resultado, les preocupó que el álbum fuera demasiado deprimente y pidieron canciones más "alegres". La banda, en cierto modo, cumplió con su promesa con "Driftwood", un sencillo pegadizo pero nada optimista.
El resultado fue un disco impregnado de melancolía y espacio. Parecía desfasado, llegando al final del declive del britpop. Sin embargo, su moderación y sinceridad se convirtieron en su punto fuerte. Durante el año siguiente, fue ganando popularidad, sobre todo después de que Travis interpretara "Why Does It Always Rain on Me?" en Glastonbury. Como por arte de magia, empezó a llover durante la presentación, un momento que parecía predestinado, y a partir de entonces la suerte del álbum cambió.
Canciones que susurran y se elevan:
Los primeros versos marcan el tono a la perfección. "Every day I wake up and it's Sunday", canta Fran Healy en "Writing to Reach You", una canción que combina guitarras vibrantes con un toque de nostalgia. Es un verso que da la sensación de sumergirse en una tarde de ocio, y esa atmósfera pausada impregna gran parte del disco. Estas no son canciones que griten; Calman, duelen y perduran.
La maravillosa "Driftwood" es quizás el momento culminante del álbum. Construida con una guitarra acústica y cuerdas sutiles, posee una grandeza serena. La voz de Healy, tierna pero imponente, sumerge al oyente en su atmósfera reflexiva. Igualmente inolvidable es "Why Does It Always Rain on Me?", una canción con uno de los estribillos más irresistibles de los noventa. Es fácil entender por qué se convirtió en el tema insignia de Travis; hay una tristeza y una dulzura universales en su simplicidad.
Por otra parte, "The Fear" se adentra en un territorio más oscuro y elusivo, mientras que "Turn" cobra vida con un estribillo vibrante que se siente como un bálsamo para un corazón apesadumbrado. Incluso los detalles ocultos, como el viento, los sonidos de "Slide Show" o la armónica inesperada de "Luv", revelan la sutil maestría de la banda. El corte oculto "Blue Flashing Light" proporciona una sacudida de energía cruda, destacándose del resto pero sirviendo como recordatorio de la versatilidad de Travis.
El lugar del álbum en la historia:
Cuando se editó "The Man Who", la crítica estaba dividida. Algunos críticos tacharon su tono apagado de poco audaz; otros simplemente lo malinterpretaron. Pero el público opinó de otra manera. El álbum se mantuvo nueve semanas en el número uno en el Reino Unido, vendiendo más de 3,5 millones de copias en todo el mundo. Su éxito marcó el comienzo de una ola de bandas británicas más introspectivas, como Coldplay, Keane, Elbow y Starsailor, que siguieron su estilo de emoción serena y grandeza sutil.
En retrospectiva, "The Man Who" marcó un cambio desde la impetuosidad del britpop hacia algo más suave. No necesitaba ser innovador para ser importante. Su fuerza reside en su capacidad de conectar, de ofrecer consuelo sin pretensiones. Como dijo un compositor, escribir una canción que amen a seis personas es fácil, pero escribir una que conecte con seis millones es algo completamente distinto.
Escuchándolo de nuevo:
Al revisitar "The Man Who", me impresionó su atemporalidad. Son canciones que te transportan a la vida. La producción de Godrich se siente fresca y espaciosa, con arreglos depurados. Es un álbum que merece la atención, pero que funciona igual de bien en un segundo plano. La voz de Fran Healy, menos angustiada que la de Thom Yorke, es más accesible que la de muchos de sus contemporáneos y se mantiene como el núcleo emocional.
Algunos temas se sienten más ligeros al escucharlos repetidamente. "She's So Strange" (una de mis favoritas) evoca al Travis más juguetón de su debut y contrasta ligeramente con el ambiente que los rodea. Sin embargo, incluso sus imperfecciones aportan textura a un álbum definido por la sobriedad.
Disco recomendado
Si buscas música que abrace la vulnerabilidad, "The Man Who" merece tu tiempo. No es un disco diseñado para impresionar con su magia técnica o ingenio. En cambio, habla con claridad y franqueza, como un amigo que te confía en las horas de tranquilidad. En una época de ruido constante, eso no es poca cosa.
Tanto si descubres a Travis por primera vez como si regresas tras años de ausencia, aquí encontrarás una riqueza que sigue siendo gratificante. Para mí, "The Man Who" sigue siendo un recordatorio de cómo la música puede ser poderosa sin ser estridente, y de cómo, a veces, las voces más suaves dejan las huellas más profundas. Lo recomiendo.
Video del tema "She's so strange":
Tracklist (edición original):
1. "Writing to Reach You" 3:41
2. "The Fear" 4:12
3. "As You Are" 4:14
4. "Driftwood" 3:33
5. "The Last Laugh of the Laughter" 4:20
6. "Turn" 4:24
7. "Why Does It Always Rain on Me?" 4:25
8. "Luv" 4:55
9. "She's So Strange" 3:15
10. "Slide Show" ("Slide Show" ends at 3:34, hidden track "Blue Flashing Light" comienza en 6:48) 10:30
Travis (Banda):
- Fran Healy – voz, guitarra, piano, armónica
- Dougie Payne – bajo, coros
- Andy Dunlop – guitarra
- Neil Primrose – batería, percusión
Personal adicional:
- Nigel Godrich – mezcla y producción
- Sally Herbert – arreglos de cuerda (pistas 2 y 10)
- Mike Hedges – producción (pistas 6, 7 y 9)
- Ian Grimble – coproducción (pistas 6, 7 y 9)
- Sarah Willson – violonchelo (pista 7)
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