Después de casi cincuenta años redefiniendo la melancolía, "The Cure" ha regalado a sus fans "Songs of a Lost World", su nuevo álbum de estudio.
Un blog post para recomendarlo porque es una verdadera
sorpresa y un maravilloso disco de melancolía oscura.
ALBUM: Songs of a Lost World
No es solo un "nuevo disco", es un trabajo crudo y reflexivo que profundiza en temas de pérdida, mortalidad y aislamiento. De una manera que solo The Cure puede hacer, el disco revisita la grandeza sombría que definió el magnífico "Disintegration" en 1989, restableciendo a THE CURE como arquitectos de paisajes sonoros musicales oscuros e inmersivos.
Desde la primera canción "Alone", sabes que te espera un viaje musical. El corte se desenreda lentamente, con capas de sintetizadores y un ritmo similar al latido del corazón que te transporta a un lugar vasto y desolado. Justo cuando estás completamente inmerso, la voz de Robert Smith irrumpe a través de un susurro fantasmal que te lleva más profundamente. Con una duración de casi siete minutos, "Alone" prepara el escenario para el resto del viaje de 50 minutos hacia la oscuridad, la oscuridad de The Cure.
Esta vez, la banda se aleja de su estilo más ligero, con influencias pop, para crear algo sin filtros y orgánico. En esencia, "Songs of a Lost World" trata sobre el dolor. Tomemos como ejemplo el tema "I Can Never Say Goodbye", un desgarrador homenaje al difunto hermano de Smith. Su voz, tan inquietante como siempre, captura una vulnerabilidad que golpea fuerte. Es como si su voz no hubiera envejecido, solo se hubiera vuelto más profunda, cargando con el peso de décadas de vida, amor y pérdida.
Por primera vez desde el LP "The Head on the Door" en 1985, Smith ha tomado el control total de la composición y los arreglos. Cada canción se siente como una página arrancada de su alma, historias escritas por un hombre que ha enfrentado un verdadero dolor. Desde tragedias personales hasta problemas de salud que han afectado a la banda, "Songs of a Lost World" es un viaje íntimo y cohesivo. Las canciones fluyen una tras otra, cada una única pero intrincadamente conectada, creando un tapiz de la propia historia de Smith.
Sin embargo, el álbum no se detiene solo en la
introspección. Canciones como "Warsong" y "Drone" aumentan
la intensidad, con el bajo de Simon Gallup vibrando como un latido del corazón.
Hay una corriente subyacente de tensión, una energía más pesada, casi primaria,
que sumerge el álbum en la oscuridad. Y luego viene el cierre de diez minutos,
"Endsong", con Smith cantando versos inquietantes.
Si bien canaliza la misma emoción melancólica que "Disintegration", "Songs of a Lost World" es todo menos una repetición. Es el sonido de The Cure mirando hacia atrás y avanzando, una meditación oscura y poética sobre el envejecimiento y la pérdida. La voz de Smith se fusiona con sintetizadores y guitarras densos, creando una especie de tiempo suspendido que se siente como un puente entre su apogeo de los años 80 y la actualidad.
Disco recomendado
Este es un disco imprescindible para los fans de "The Cure" y a la vez será un descubrimiento para los jóvenes que aún no conocen a esta legendaria banda de rock gótico y alternativo. Estarás tentado a llamarlo un disco de regreso, sin embargo es una verdadera joya, un firme candidato a lo Mejor de 2024.
Video de tema "A Fragile Thing":
Tracklist:
1. "Alone" 6:48
2. "And Nothing Is Forever" 6:53
3. "A Fragile Thing" 4:43
4. "Warsong" 4:17
5. "Drone:Nodrone" 4:45
6. "I Can Never Say Goodbye"
6:03
7. "All I Ever Am" 5:21
8. "Endsong" 10:23
(Banda):
- Robert Smith: voz, guitarra, bajo de seis cuerdas, teclados, composición, arreglos, producción, mezcla, asistencia en la grabación, concepto de portada, Pictures of Stone
- Simon Gallup: bajo
- Jason Cooper: batería, percusión
- Roger O'Donnell: teclados
- Reeves Gabrels: guitarra
Producción:
Paul Corkett: producción, grabación, mezcla
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