Hay álbumes que se revelan al instante y otros que exigen más paciencia. Luego están esos discos excepcionales que se sienten como una combinación de ambos: urgentes, inquietantes y, a la vez, lo suficientemente ricos como para volver a escucharlos durante décadas. El disco de Nick Cave & The Bad Seeds, "Tender Prey", pertenece firmemente a esta última categoría. Editado en 1988, surgió de una época de caos personal y extralimitación creativa, pero lo que podría haberse derrumbado por su propio peso se convirtió en una de las declaraciones más importantes de la carrera de Cave. Para entender por qué este álbum sigue siendo importante, debemos repasar la historia detrás de su creación, las canciones que lo definen y la inquietante belleza que aún conserva. Un álbum que definitivamente quiero recomendar a los lectores de este blog de música.
ALBUM: Tender Prey
En 1988, Nick Cave and the Bad Seeds publicaron su quinto álbum de estudio, "Tender Prey". A primera vista, era una nueva entrada en una carrera ya marcada por la intensidad, pero la historia ha demostrado que fue mucho más que eso. Fue una línea divisoria entre la urgencia post-punk desgarrada de los primeros Bad Seeds y el mundo más expansivo y lírico que Nick Cave construiría en las décadas siguientes.
El álbum se grabó durante varios meses en Londres y Berlín Occidental, donde la banda tenía su base por entonces. Fue una época caótica para Nick Cave. Vivía en Kreuzberg, inmerso en el consumo de heroína, mientras escribía su primera novela, "And the Ass Saw the Angel", y actuaba en su primer largometraje, "Ghosts… of the Civil Dead". El guitarrista Mick Harvey calificó posteriormente 1987 como "un año completamente caótico", y el propio Cave admitió que el disco se grabó cuando su vida se descontrolaba. Sin embargo, de esta turbulencia surgió uno de los discos más potentes del extenso catálogo de la banda.
The Mercy Seat: un inicio implacable
El álbum arranca con lo que desde entonces se ha convertido en el tema insignia de Nick Cave: "The Mercy Seat". A lo largo de siete minutos implacables, Cave encarna la voz de un hombre que espera su ejecución, equiparando la silla eléctrica con el trono de Dios. Las cuerdas arregladas por Gini Ball se enroscan alrededor del piano austero de Mick Harvey, mientras un muro de guitarras y percusión se transforma en un rugido aterrador.
Video del tema "The Mercy Seat":
Cuando lo escuché por primera vez, recuerdo quedar atónito no solo por su peso, sino por su detalle. Los versos de Cave, "Into the mercy seat I climb / My head is shaved, my head is wired", todavía parecen grabados en piedra en lugar de escritos en un cuaderno durante noches de insomnio. Décadas después, la versión de Johnny Cash en "American III: Solitary Man" confirmó la estatura de la canción, pero la original de Cave sigue siendo escalofriante, compulsiva y, en muchos sentidos, la definición de su arte.
Caos tras las sesiones:
A pesar de la fuerza del inicio, se decía que la creación de "Tender Prey" fue fragmentada. Nick Cave golpeó al ingeniero Tony Cohen durante una sesión por una ráfaga de acoples. Los miembros iban y venían: Roland Wolf se unió a los teclados, Kid Congo Powers aportó su experiencia de The Gun Club y The Cramps, y el exmiembro Hugo Race contribuyó a la guitarra.
Es notable que el álbum estuviera terminado. Cave a menudo llegaba solo con fragmentos de letras. Harvey recordó más tarde cómo tuvieron que "improvisar el álbum" poco a poco. Y, sin embargo, lo que surgió fue mucho más que un disco improvisado. Fue, a su manera rebelde, una obra maestra.
El gospel de garaje de Deanna:
Tras la desolación de The Mercy Seat, "Deanna" se siente casi festiva, aunque su temática es todo menos sana. Construida sobre la base del rock de garaje e inspirada en parte por Oh Happy Day de Edwin Hawkins Singers, la canción mezcla lujuria, violencia y matices religiosos en un remolino que aún logra sonar alegre.
Nick Cave la escribió sobre una novia adolescente en Melbourne, y la letra evoca imágenes de paseos en Cadillacs, de asesinatos al volante, de muebles comparados con el Ku Klux Klan. Rápidamente se convirtió en una de las canciones más reconocibles de Bad Seeds, casi radiofónica por su pegadiza melodía, pero aún inquietante por sus detalles.
Historias impregnadas de blues y gospel:
La parte central del álbum se transforma en canciones que se inspiran fuertemente en las tradiciones del folk estadounidense y el gospel. "City of Refuge" se inspira en "I'm Gonna Run to the City of Refuge" de Blind Willie Johnson, pero Bad Seeds la transforma en algo más desesperado y eléctrico. "Up Jumped the Devil" rebosa con una energía casi vodevilesca, con Cave presentándose como un villano nato, mitad en broma, mitad en fatalidad.
Luego están las baladas más tranquilas, con el piano como protagonista, donde la escritura de Cave cobra protagonismo. "Watching Alice", con su melancólica armónica, captura la obsesión voyeurista en términos crudos. Mercy relata la historia bíblica de Juan el Bautista con la inquietante guitarra slide de Blixa Bargeld de fondo. "Sunday's Slave" se basa en un impactante estribillo lírico sobre los días de la semana encadenados, mientras que "Sugar Sugar Sugar" late con amenaza bajo la dulzura de su título.
Cierra el disco "New Morning", una suave canción con tintes gospel que se siente como un respiro después de la tormenta. No es un amanecer triunfal, sino uno tentativo, de esos que temes que no duren. Para mí, sigue siendo uno de los finales más inquietantes del catálogo de la banda.
Un disco nacido de extremos:
Al escucharlo hoy, queda claro que "Tender Prey" fue producto de extremos. Nick Cave luchaba contra la adicción, la sobrecarga artística y problemas legales; fue arrestado por posesión de heroína a principios de 1988 y solo evitó la cárcel al ingresar a un programa de desintoxicación. Sin embargo, de esta agitación surgieron canciones que llevaron a los Bad Seeds más allá de sus confines iniciales.
El disco combinaba abrasión post-punk, crudeza bluesera, fervor gospel y un alcance lírico que recordaba tanto a Leonard Cohen como a la crudeza del punk. La crítica de la época reconoció su poder, incluso si el álbum no llegó a las listas de éxitos en Estados Unidos ni en la Australia natal de Cave. En el Reino Unido y Grecia tuvo un éxito modesto, y con el tiempo su reputación no ha hecho más que crecer. Posteriormente fue remasterizado en 2010, incluido en el libro 100 Best Australian Albums y agregado a Sounds of Australia del National Film and Sound Archive.
Legado y resonancia personal:
Cuando pienso en la larga carrera de Nick Cave, los majestuosos discos de los 2000, el dolor devastador de Skeleton Tree, la austera belleza de Ghosteen, "Tender Prey" se siente como un punto de inflexión crucial. Aún conserva el caos de la época de The Birthday Party, pero también evoca el refinamiento y la profundidad narrativa que definirían su obra posterior.
Conozco amigos que no pueden escucharlo, que lo encuentran demasiado ligado al trauma de la adicción. Y lo entiendo. No es un disco fácil. Sin embargo, también he conocido a otros, incluyéndome a mí, que lo escuchan una y otra vez porque captura algo crudo y humano, sin adornos ni pretensiones.
Disco recomendado
Décadas después, "Tender Prey" sigue siendo a la vez difícil y gratificante. No es un disco de producción impecable ni de interpretación impecable. Incluso el propio Nick Cave lo ha tachado de mal producido. Pero esas imperfecciones son parte de su verdad. Se escucha a una banda que apenas se mantiene unida, y en esa tensión reside su poder.
Si eres nuevo en Nick Cave and the Bad Seeds, este no es el punto de partida más sencillo. Sin embargo, puede que sea el más revelador. Encontrarás canciones sobre el corredor de la muerte, sobre amores condenados, sobre visiones bíblicas con un blues potente y un piano frágil. Y escucharás a un artista en la cúspide de la transformación, exorcizando demonios en tiempo real.
Para cualquiera que sienta curiosidad por los rincones más oscuros del rock, o para quienes valoran la composición que se atreve a lidiar con los temas más caóticos de la vida, "Tender Prey" es una escucha imprescindible. Es un álbum que no solo entretiene, sino que inquieta, desafía y perdura mucho después de que la última canción se desvanece.
Video del tema "City of Refuge":
Tracklist:
1. "The Mercy Seat" 7:17
2. "Up Jumped the Devil" 5:16
3. "Deanna" 3:45
4. "Watching Alice" 4:01
5. "Mercy" 6:22
6. "City of Refuge" 4:48
7. "Slowly Goes the Night" 5:23
8. "Sunday's Slave" 3:40
9. "Sugar Sugar Sugar" 5:01
10. "New Morning" 3:46
Nick Cave and the Bad Seeds:
- Nick Cave – voz; órgano Hammond (1, 3, 6, 7); armónica (4-6); piano (4, 8, 10); pandereta (10); vibráfono (5)
- Mick Harvey – bajo (2-10); coros (1, 2, 5-7, 10); guitarra acústica (3, 6, 8-10); batería (3, 8, 10); percusión (6, 9); xilófono (2, 7); guitarra (1); loops de bajo (1); piano (1); órgano (10)
- Blixa Bargeld – guitarra (2, 3, 6-8, 10); coros (2, 5, 6, 10); guitarra slide (1, 5)
- Roland Wolf – piano (2, 5, 7, 9); órgano (6, 7); guitarra (1); Coros (6)
- Kid Congo Powers – guitarra (2, 3, 5, 6, 9); coros (5, 6)
- Thomas Wydler – batería (1, 2, 4–7, 9); coros (6)
Invitados:
- Hugo Race – guitarra (4); coros (5)
- Gini Ball – cuerdas (1)
- Audrey Riley – cuerdas (1)
- Chris Tombling – cuerdas (1)
- Ian Davis – coros (7)

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