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CHRISTONE "KINGFISH" INGRAM - Hard Road - Album

Hay artistas que no necesitan discursos previos para justificar por qué siguen interesando. Basta escuchar unos segundos de su música para entender que están construyendo algo propio, algo que respira pasado y presente al mismo tiempo. Christone "Kingfish" Ingram pertenece a ese grupo selecto. Su nuevo álbum, Hard Road, publicado el 26 de septiembre de 2025, no invita a recordar lo que el blues fue, sino a escuchar lo que puede ser hoy. A partir de aquí, quiero contarte por qué este disco merece una escucha atenta y qué he encontrado en él como oyente y amante del género.

ALBUM: Hard Road


"Hard Road", el nuevo álbum de Christone "Kingfish" Ingram, muestra a un músico que ha decidido crecer sin mirar atrás. Desde la primera escucha, se percibe la determinación de un artista que utiliza el blues no como refugio, sino como lenguaje para ordenar su propio camino. El joven "Kingfish" firma aquí su trabajo más personal, ambicioso y emocionalmente transparente.

CHRISTONE "KINGFISH" INGRAM - Hard Road - Album (2025)

Lo que más me llamo la atención al escucharlo no fue un solo de guitarra, ni un giro inesperado en la producción, sino la sensación de estar ante un músico que, después de un camino largo y complejo, decide por fin contarse a sí mismo sin filtros. "Hard Road" es eso: un retrato honesto de un artista que mira hacia atrás sin nostalgia, hacia adelante sin miedo, y que encuentra en el blues el idioma perfecto para ordenar todo lo que ha vivido.

Quién es Christone "Kingfish" Ingram:


Hablar de "Kingfish" es hablar de un hijo del Mississippi profundo que creció entre historias, leyendas y sonidos que se respiran más que se escuchan. Nació en Clarksdale, el mismo punto del mapa donde el mito sitúa a Robert Johnson vendiendo su alma, y donde Muddy Waters, Son House y John Lee Hooker moldearon la historia musical del siglo XX. Pero "Kingfish" nunca se vio aplastado por ese peso. Al contrario, lo asumió con naturalidad, como quien respira el aire de su propio barrio.

Christone "Kingfish" Ingram

Su formación en el Delta Blues Museum, su primera aparición en el escenario con Bill Howlin’ "Mad" Perry y aquel día en el que tocó para Michelle Obama siendo apenas un adolescente, forman parte del relato que ha acompañado a su meteórico ascenso. Pero lo que le convierte en algo más que un prodigio no es esa cronología, sino la capacidad de tocar la guitarra como si estuviera improvisando dentro de su propia memoria: cada fraseo, cada vibrato, cada silencio tiene el pulso de alguien que sabe escuchar el peso de una historia antes de contarla.

Desde Kingfish (2019) hasta el poderoso 662 (2021), pasando por el incendiario "Live in London", su progresión ha sido constante, siempre respaldada por figuras de la talla de Buddy Guy, Eric Gales o Keb’ Mo’. Y, sin embargo, "Hard Road" es el primer álbum en el que percibo a "Kingfish" mirando hacia dentro con la misma intensidad con la que siempre ha mirado a la tradición.

Un disco construido en movimiento:


Este álbum llega tras años de giras, pérdidas personales, mudanzas y aprendizajes. Christone "Kingfish" Ingram ya no vive en Clarksdale; ahora está en Los Ángeles, lejos del 662, pero con la mirada siempre puesta en su origen. La muerte de su madre, Princess, el salto profesional que supuso fundar su propio sello, Red Zero Records, y la inquietud por expandir su lenguaje musical fueron ingredientes esenciales para dar forma a "Hard Road".

Lo interesante es que el disco no nació en un solo estudio, ni con una sola intención. Se gestó entre Nashville, Santa Mónica, Memphis, Hollywood y Clarksdale, y se grabó con tres productores diferentes: Tom Hambridge, el gran socio creativo de Kingfish, Patrick “Guitar Boy” Hayes y Nick Goldston. Fue un proceso largo, casi en tránsito, como si cada ciudad añadiera una capa sonora distinta al resultado final.

Christone "Kingfish" Ingram confesó que al principio le aterraba la idea de integrar tantos géneros y enfoques; temía acabar con un álbum que sonara disperso. Pero esa preocupación desaparece al escuchar Hard Road, que es diverso, sí, pero siempre coherente. Todo lo que aparece aquí es "Kingfish", aunque lo muestre desde ángulos muy diferentes.

El sonido de Hard Road: 


Lo que me fascina de este disco es que consigue expandir el lenguaje del blues sin desdibujar su esencia. Si algo caracteriza a "Kingfish" es la capacidad de respetar la tradición mientras la empuja suavemente hacia adelante, y "Hard Road" es posiblemente su obra más ambiciosa en ese sentido.

La apertura del álbum, "Truth", es ya una declaración estética: un bajo profundo marcado, teclados que flotan entre el soul y el funk, una batería que sostiene el pulso sin invadir, y una letra que resume la identidad de Kingfish mejor que cualquier biografía. Escucharle cantar "my faith and my guitar was my only way out" es asistir a una confesión que transforma lo íntimo en universal.

En "Bad Like Me" y "S.S.S.", su voz adquiere un protagonismo inusual. Aquí, más que exhibir técnica, despliega carácter, un fraseo más cálido, más redondo, casi soul. Esa voz, siempre grave y terrosa, encuentra nuevos matices gracias a producciones más abiertas y contemporáneas. Y, sin embargo, cuando llega el turno de la guitarra, el sonido sigue siendo puro "Kingfish": líneas densas, sostenidas, cargadas de emoción.

"Nothin’ But Your Love" es una de las joyas del disco. Una balada suave, elegante, que recuerda a los momentos más íntimos de Prince, pero filtrada a través de la sensibilidad narrativa del blues. La guitarra en el solo, grabada en Memphis con una Stratocaster y un toque apenas sucio de pedal, es pura conversación.

En el extremo contrario está "Crosses", quizá el momento más incendiario del álbum, donde Christone "Kingfish" Ingram canaliza la electricidad de Hendrix sin caer en el homenaje explícito. Aquí el blues se estira hasta tocar la psicodelia y demuestra que la guitarra, en manos de Kingfish, sigue teniendo una capacidad expresiva que muy pocos artistas de su generación han sabido explorar.

"Back to L.A." tiene un aroma glam, un giro inesperado que sin embargo encaja con naturalidad. Clearly desliza un soul cálido y elegante en el que los teclados se mueven como si respiraran. "Standing on Business" se sumerge en un ambiente jazzy, nocturno, y "Hard to Love" vuelve a la energía del blues eléctrico con un "Kingfish" más desatado.

Y entonces llega "Memphis", el final perfecto: guitarra y armónica, sin artificios, un regreso al origen, un recordatorio de que, por mucho que explore otros territorios, "Kingfish" siempre vuelve al corazón del Delta.

Lo que cuenta Hard Road: 


Si tuviera que resumir el tema principal del álbum en una sola palabra sería claridad. "Hard Road" es un ejercicio de mirarse en el espejo sin idealizar nada. Habla de fama, sí, pero también de la soledad que la acompaña. Habla de amor, de rupturas, de identidad, de aprender a decir no. Habla, sobre todo, de seguir adelante aunque el camino no sea sencillo.

Christone "Kingfish" Ingram lo explica mejor que nadie: estas canciones son sobre aprender a verse con compasión, a reconocer la propia historia y a no esconderla. En un momento histórico en el que la música tiende a la inmediatez y al consumo rápido, que un artista tan joven decida entregarse a esta vulnerabilidad resulta profundamente valioso.

¿Por qué Hard Road?


Vivimos en un tiempo extraño para el blues: sigue siendo una raíz esencial de la música popular, pero rara vez ocupa el centro de la conversación. Christone "Kingfish" Ingram desafía esa tendencia, no por nostalgia, sino por convicción. Él demuestra que el blues sigue siendo un instrumento vivo para hablar de lo que somos, de nuestras luchas, de nuestros duelos, de nuestras pequeñas victorias.

"Hard Road" es importante porque actualiza esa tradición sin traicionarla. Porque acerca el blues a una generación que quizá nunca escuchó un disco de Albert King o de Koko Taylor. Porque recuerda que este género nunca fue solamente un estilo musical, sino una forma de estar en el mundo.

Disco recomendado


Si te interesa la música que nace de un lugar real, que mezcla raíces con riesgo, que respira historia pero late con urgencia contemporánea, "Hard Road" es un álbum para escuchar. No es solo el mejor trabajo de "Kingfish" hasta la fecha, es una de esas obras que te acompañan durante semanas, que regresan cuando no las buscas, que dejan huella.

Escúchalo con tiempo. Escúchalo con calma. Escúchalo con el corazón abierto. Y deja que Christone "Kingfish" Ingram te lleve por ese camino difícil que él ha aprendido a recorrer con una madurez y un talento que ya lo sitúan entre los grandes.

Video del tema "Truth":

Tracklist:

A1 Truth
A2 Bad Like Me
A3 S.S.S.
A4 Nothin’ But Your Love
A5 Crosses
A6 Voodoo Charm
B1 Back to LA
B2 Clearly
B3 Standing on Business
B4 Hard To Love
B5 Memphis

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