"Cold Roses" es un álbum doble de 2005 de Ryan Adams y The Cardinals, que supuso un regreso a la composición de canciones sinceras de inspiración americana tras años de deambular estilístico. Con temas emocionalmente crudos, una instrumentación exuberante e influencias de "The Grateful Dead" y "Neil Young", el disco destaca como el esfuerzo más cohesionado y gratificante de Adams desde "Heartbreaker". Si buscas descubrir la auténtica canción de autor americana del siglo XXI, "Cold Roses" es un clásico moderno que merece tu tiempo. Razón por la que quiero llamar tu atención aquí, en este blog de descubrimientos musicales.
ALBUM: Cold Roses
Recuerdo cuando salió "Cold Roses" en 2005. Parecía un giro tranquilo más que un regreso ruidoso. Tras los desvíos de género de "Rock N Roll" y "Love Is Hell", Ryan Adams pareció dejar por fin de luchar con su propio catálogo el tiempo suficiente para respirar, y en ese respiro, hizo algo duradero.
"Cold Roses", el primero de los tres álbumes de larga duración publicados ese año, supuso el debut de Adams con The Cardinals. Juntos, esculpieron un sonido cálido y polvoriento que recuerda al espíritu de "Heartbreaker", pero con una dinámica de banda más suelta y vivida. Fue, en todos los sentidos, una recalibración.
Este doble LP parece un largo viaje por carretera:
Técnicamente, las 18 canciones de "Cold Roses" caben en un solo disco. Pero Ryan Adams, siempre un romántico del vinilo, insistió en dividirlas en dos y empaquetar el disco como un LP clásico. Algunos lo llamarán indulgencia; yo lo veo como parte de la experiencia. La separación en dos discs da al oyente una pausa, un momento para darle la vuelta al disco y recalibrarlo antes de sumergirse más a fondo.
El primer disc abre con "Magnolia Mountain", un tema arrollador de seis minutos que nunca se hace pesado. Hay una melancolía que recuerda a los Grateful Dead de la época de "Box of Rain", y Adams lleva la influencia abiertamente. Las guitarras eléctricas entran y salen suavemente, como cables de teléfono en un largo viaje, mientras él canta:
"Quiero ser el pájaro azul cantando / Cantando a las rosas en el patio".
Uno tiene la sensación de que no está interpretando esta música, sino que se está deslizando dentro de ella.
El sonido de dejarse llevar:
Lo que hace que "Cold Roses" sea convincente no es sólo su sonido, es el contexto. Ryan Adams acababa de volver de una grave lesión de muñeca que le dejó incapacitado para tocar la guitarra. Se retiró a su ciudad natal de Carolina del Norte y volvió a aprender los acordes entre lágrimas y frustración. En las entrevistas, atribuye a Jerry García el mérito de haberle enseñado que la imperfección podía ser bella. Esa humildad se percibe en todo el disco.
Por ejemplo, "When Will You Come Back Home", un lamento despojado en el que Adams no canta como una estrella del rock, sino como alguien que intenta recordar cómo se siente. Los versos que hablan de abandonar Carolina cada noche en sus sueños no parecen metafóricos; dan la sensación de que el hogar ya no es un lugar, sino una esperanza que sigue persiguiendo.
The Cardenales: Más que una banda de acompañamiento:
La presencia de The Cardinals lo cambia todo. No se trata de Adams en solitario con algunos músicos de sesión, sino de una banda. Puedes sentirlo en "Easy Plateau", un tema relajado y desértico que se alarga como una larga exhalación. El guitarrista J.P. Bowersock, la intérprete de steel Cindy Cashdollar y el batería Brad Pemberton ofrecen más que apoyo, proporcionan un lienzo con el que Ryan Adams puede trabajar.
Incluso en una letra tan sencilla como "Cherry Lane", la interacción entre los instrumentos crea un ambiente que supera a las palabras. Los cristales se rompen en medio del verso. Las guitarras se balancean. La voz de Adams se quiebra y bosteza en los lugares adecuados. Es destartalado, pero sincero.
Oscuridad, luego amanecer:
El primer disco de "Cold Roses" se inclina hacia la introspección. Canciones como "Meadowlake Street" y "How Do You Keep Love Alive" son suaves, con piano y pedal steel enmarcando la voz cansada de Adams. No trata de impresionar, simplemente cuenta lo que se siente al perder y persistir.
Pero entonces llega el segundo disc, y con él, un cambio. Comienza con "Easy Plateau", y el ambiente se anima. "Let It Ride" se balancea como una vieja camioneta en una carretera de grava, Adams se vuelca en el romance sureño, los transbordadores y la libertad. "Dance All Night" se inclina hacia la dulzura, mientras que "If I Am a Stranger" podría ser el momento más tranquilo y poderoso de todo el disco. Se convierte, pacientemente y sin dramatismo, en una plegaria de pertenencia.
No es perfecta, pero por tanto mejor:
Sí, "Cold Roses" es demasiado largo. Podrían haberse omitido algunos temas. Y de acuerdo, hay momentos en los que las letras de Adams parecen recicladas, o en los que su amor por la herencia del rock se desvía hacia el mimetismo. "Beautiful Sorta", por ejemplo, comienza con una línea tan deudora de David Johansen que casi se parodia a sí misma.
Pero nada de eso socava la honestidad general del álbum. A diferencia de Rock N Roll, aquí no hay poses. A diferencia de Love Is Hell, no hay regodeo. Esta vez, Ryan Adams no intenta ser otra persona. Sólo intenta ser el mismo.
Reflexiones finales:
Mirando atrás, "Cold Roses" sigue siendo un punto de inflexión, no sólo en el catálogo de Ryan Adams, sino en la conversación sobre lo que podría ser el estilo americana en el nuevo siglo. No se trataba de reivindicar el alt-country ni de imitar a Neil Young o canalizar a Jerry García. Se trataba de ralentizar el ritmo lo suficiente como para dejar que las buenas canciones salieran a la superficie.
Incluso en su exceso, "Cold Roses" se gana tu tiempo. No pide fe; la construye gradualmente, canción a canción. Es música para los que conocen el peso de la memoria, para los que sienten el tirón de la nostalgia y siguen creyendo que es posible empezar de nuevo.
Disco recomendado
Si acabas de descubrir a Ryan Adams, o de encontrar el camino de vuelta después del ruido, empieza por aquí. Ponte a escuchar "Cold Roses", date un largo paseo y deja que suene hasta el final. Es verdaderamente un buen disco.
Video del tema "Magnolia Mountain":
Tracklist (formato LP vinilo):
Disc 1:
1. "Magnolia Mountain" 5:53
2. "Sweet Illusions" 5:02
3. "Meadowlake Street" 4:29
4. "When Will You Come Back Home" 4:52
5. "Beautiful Sorta" 3:01
6. "Now That You're Gone" 3:52
7. "Cherry Lane" 4:32
8. "Mockingbird" 4:47
9. "How Do You Keep Love Alive" 3:12
Disc 2:
1. "Easy Plateau" 5:12
2. "Let It Ride" 3:24
3. "Rosebud" 2:56
4. "Cold Roses" 4:36
5. "If I Am a Stranger" 4:39
6. "Dance All Night" 3:15
7. "Blossom" 3:15
8. "Life Is Beautiful" 4:29
9. "Friends" 4:45
Banda:
- Ryan Adams - Voz, guitarra acústica y eléctrica, armónica, piano, bajo en "Blossom", todos los instrumentos en "Life Is Beautiful"
- J. P. Bowersock - Guitarra
- Brad Pemberton - Batería, voz
- Catherine Popper - Bajo, voz, piano
- Rachael Yamagata - Voz y piano en "Let It Ride", "Cold Roses" y "Friends"
- Cindy Cashdollar - Steel Guitar, Dobro
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