BLUR - The Ballad of Darren - Album (Revisited)

A veces vuelvo a escuchar un disco mucho después de su lanzamiento, no por nostalgia sino por curiosidad. Eso me ocurrió hace unos días con "The Ballad of Darren", el álbum que Blur publicó el 21 de julio de 2023, un regreso inesperado que en su momento celebré, pero que ahora, tras una escucha más atenta, siento de una forma completamente distinta. Algo en estas canciones se ha asentado, como si el tiempo les hubiera dado un peso nuevo. Fue esa sensación, esa mezcla de emoción reposada y descubrimiento tardío, la que me empujó a escribir sobre él y compartir con vosotros por qué este disco merece ser revisitado, redescubierto y, quizá para muchos, descubierto por primera vez.

ALBUM: The Ballad of Darren


Volví a "The Ballad of Darren" una tarde cualquiera, sin intención de buscar nada concreto y con la sensación, casi culpable, de haber dejado pasar demasiado tiempo sin escuchar de nuevo un álbum que en su día me dejó conmovido. A veces ocurre así: uno vuelve a un disco como quien regresa a una conversación pendiente. Y al reencontrarme con estas canciones, comprendí que debía escribir sobre él, que debía recomendarlo a quienes todavía no han descubierto la profunda belleza que Blur ha esculpido aquí.

BLUR - The Ballad of Darren - Album (2023)

Lo que más me sorprende de este regreso es la forma en la que la banda asume el paso del tiempo sin rebuscar atajos ni refugiarse en la nostalgia. "The Ballad of Darren" no intenta replicar la energía febril de Modern Life Is Rubbish ni las travesuras coloristas de Parklife. Al contrario, se mueve con una calma madura, con la claridad de quien ha vivido demasiado como para fingir otra cosa. Y, sin embargo, no pesa. No es un disco derrotado. Es un álbum que respira, que piensa, que observa y que, por momentos, consuela.

Cómo nació este álbum: 


La historia detrás del disco tiene algo de milagro cotidiano. Damon Albarn lo escribió en habitaciones de hotel, en salas de conferencias y en ciudades desconocidas durante una gira con Gorillaz. Es decir, lo compuso lejos de Blur, lejos del refugio emocional de su banda, y quizá por eso está atravesado por una sensación de desarraigo. Cuando regresó con esos bocetos, Graham Coxon, Alex James y Dave Rowntree se unieron a él en el estudio, como en los viejos tiempos, y ese detalle cambia todo. "The Ballad of Darren" no es una colección de ideas sueltas producidas con pulso automático. Es un disco trabajado juntos, en el mismo espacio, tocando, probando, conversando.

BLUR - banda - 2023

James Ford, que ya había colaborado con Albarn, produjo el álbum con una sensibilidad elegante y contenida. No empuja a Blur hacia una versión exagerada de sí mismos, sino hacia un sonido que respira serenidad, claroscuro y una luz tenue que le sienta de maravilla a estas canciones. Es un álbum pensado, pero no rígido. Es íntimo, pero no hermético.

Un grupo que se mira por dentro:


Lo primero que golpea es la delicadeza. "The Ballad", ese arranque casi silencioso, sostiene una tensión emocional sorprendente. El piano avanza sin prisa y Damon Albarn canta como si estuviera leyendo una carta que llevaba años guardada. Cuando Graham Coxon entra con su respuesta vocal, casi tímida, la canción se abre como si realmente estuviésemos presenciando una conversación entre dos viejos amigos que han encontrado una nueva forma de hablarse.

Después llega "St. Charles Square", que revienta la quietud con un riff nervioso, casi sucio, que recuerda a los días más descarados de Blur. Sin embargo, no es un intento de repetir el pasado. Hay algo más agreste, más febril, más 70s incluso. Es un tema que descoloca y, precisamente por eso, encaja tan bien. Necesitaba ese sobresalto para recordarme que Blur todavía sabe incomodar cuando quiere.

Entre esos dos extremos se mueve gran parte del disco. "Barbaric" desliza una melodía luminosa sobre un bajo que podría reconocerse al segundo como obra de Alex James, mientras Damon canta con una mezcla de resignación y lucidez. Hay un eco de Johnny Marr en las guitarras que le da un color otoñal precioso.

"Russian Strings" es mucho más frágil de lo que parece en una primera escucha. Su aparente sencillez oculta un movimiento emocional que va creciendo a lo largo del tema, como si la canción estuviera hecha de capas muy finas que solo se revelan cuando uno presta verdadera atención. Al principio la pasé por alto. Ahora me parece una de las más íntimas del disco.

Luego está "Goodbye Albert", una pieza que me atrapó desde la primera vez. Tiene algo de Bowie, no tanto por imitación como por espíritu. La voz de Damon Albarn se quiebra, pero no de manera teatral; se quiebra como se quiebra la voz cuando uno piensa en alguien que ya no está. La canción es una despedida sincera, sin grandilocuencias, y quizá por eso duele más.

"Avalon" y "Far Away Island" habitan otro territorio, uno más contemplativo, cargado de imágenes de distancia, viajes y un anhelo difícil de nombrar. Avalon, en particular, guarda ese tono de melancolía luminosa que Albarn domina desde hace años.

Y el cierre, "The Heights", es extraordinario. Comienza como un ascenso suave, casi como un despegue, y termina en un estallido de ruido blanco que se corta de golpe. Un final abrupto, pero profundamente simbólico: algo se apaga, algo desaparece, algo queda flotando.

Un disco que habla del tiempo, la memoria y de lo que se pierde:


Lo que conecta todo este álbum es la sensación de estar mirando atrás sin recrearse en el pasado. No hay nostalgia fácil. No hay guiños complacientes. Las letras de Damon Albarn son más directas que nunca y, al mismo tiempo, más abiertas a interpretación. Hay ecos de rupturas, de amistades desgastadas, de años que pasan sin pedir permiso. Es un disco que entiende la memoria como dolor, pero también como una forma de seguir vivo.

Blur no está haciendo un álbum para su público de los noventa. Está haciendo un álbum para ellos mismos, para la edad que tienen, para lo que han vivido. Y ahí, curiosamente, es donde conectan con cualquiera que escuche con atención: en esa manera honesta de aceptar las pérdidas, los vacíos y los cambios.

Blur - live - 2023

Por qué The Ballad of Darren mola:


En un momento en el que muchos grupos de su generación intentan reconstruir su viejo sonido para aferrarse a un lugar seguro, Blur hace justo lo contrario. Se arriesga a sonar frágil, maduro, íntimo. Se arriesga a no gustar a quien quiera otro Song 2. Este álbum funciona porque no intenta competir con su pasado, sino dialogar con él.

Musicalmente es elegante, emocionalmente es sincero y, como experiencia, se siente completamente actual. No es un disco que busca titulares. Es un disco que busca quedarse. Y lo consigue.

Disco recomendado


Si has crecido con Blur, este álbum te hará pensar en el tiempo, pero sin tristeza. Si nunca has escuchado a la banda, "The Ballad of Darren" es una manera perfecta de entrar en su universo desde un punto de vista más adulto y conmovedor. Es un álbum para escucharlo entero, con calma, sin prisas, dejando que sus canciones vayan entrando poco a poco.

Te lo recomiendo porque me ha acompañado en días de ruido y también en días de silencio. Porque es un disco que no grita, pero permanece. Y porque pocas bandas saben envejecer con tanta dignidad, tanta delicadeza y tanta verdad como Blur en este momento.

Video del tema "The Heights":

Tracklist:

1. "The Ballad" 3:37
2. "St. Charles Square" 3:55
3. "Barbaric" 4:09
4. "Russian Strings" 3:38
5. "The Everglades (For Leonard)" 2:56
6. "The Narcissist" 4:05
7. "Goodbye Albert" 4:17
8. "Far Away Island" 2:58
9. "Avalon" 3:05
10. "The Heights" 3:24

Blur:

  • Damon Albarn – voz principal, coros, teclados, piano
  • Graham Coxon – guitarra, coros, voz principal en «Sticks and Stones»
  • Alex James – bajo
  • Dave Rowntree – batería, coros

Músicos adicionales:

  • James Ford – teclados (pistas 1–6, 8, 10)
  • Izzi Dunn – violonchelo (1, 3, 5, 7, 8, 10)
  • Ciara Ismail – viola (1, 3, 5, 7, 8, 10)
  • Kotono Sato – violín (1, 3, 5, 7, 8, 10)
  • Sarah Tuke – violín (1, 3, 5, 7, 8, 10)
  • Alistair White – trombón (9)
  • Nichol Thompson – trombón (9)
  • Chris Storr – trompeta (9)
  • Danny Marsden – trompeta (9)

Técnico:

James Ford – producción

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