ADRIAN SHERWOOD - The Collapse of Everything - Album

The Collapse of Everything, el nuevo álbum en solitario de Adrian Sherwood, pertenece a esos discos que te obligan a bajar la velocidad, ajustar el volumen y dejar que el mundo exterior se quede un poco más lejos de lo habitual. No es un lanzamiento más dentro del calendario de novedades, sino el regreso de alguien que lleva décadas moldeando el sonido desde la trastienda y que ahora decide ponerse en primer plano para contarnos, a su manera, cómo suena este tiempo raro que vivimos. A continuación intento contar mi experiencia acompañando este trabajo durante días, escuchándolo de noche, en el metro, trabajando, dejando que sus ecos de guerra, duelo y esperanza se mezclen con la vida cotidiana. No es una guía técnica ni un análisis frío, es más bien una invitación a entrar en este pequeño universo dub, cinematográfico y emocional que Adrian Sherwood ha levantado sobre las ruinas.


ALBUM: The Collapse of Everything


El primer álbum en solitario de Adrian Sherwood en trece años (22 de agosto), suena como una herida que cicatriza y una erupción que llevaba demasiado tiempo acumulando presión. Cuando lo escuché tuve la sensación de que el productor británico había decidido, por fin, hablar con su propia voz después de más de una década dedicada a potenciar las de otros. Y lo que dice, lo dice desde un lugar que mezcla duelo, lucidez y un extrañísimo deseo de supervivencia.

ADRIAN SHERWOOD - The Collapse of Everything - Album (2025)

Este review no pretende diseccionar técnicamente un artefacto que, en esencia, está hecho para sentirse. Pretende contar qué ocurre cuando uno entra en ese mundo que Sherwood abre como si descorriera una enorme cortina pesada: un espacio cinematográfico, lleno de sombras, en el que los instrumentos parecen criaturas y la música un paisaje en perpetua tensión.


Un álbum de pérdida, memoria y la necesidad de volver:


Adrian Sherwood llevaba trece años sin firmar un disco propio. Desde "Survival & Resistance" en 2012, su vida había sido un ir y venir entre proyectos ajenos, colaboraciones y producciones: Horace Andy, African Head Charge, Creation Rebel, Panda Bear & Sonic Boom, incluso Spoon. A eso se suman las dos aventuras compartidas con Pinch, donde exploraba un dub oscuro y futurista que parecía mantenerlo lejos de la idea de “mi propio disco”.

ADRIAN SHERWOOD - productor

Entonces llegó la muerte:


Primero Mark Stewart, fundador de The Pop Group, una presencia esencial en la vida de Sherwood y autor de la frase que da título al álbum: "The Collapse of Everything". Más tarde, en 2024, Keith LeBlanc, su amigo y compañero de batalla en "Tackhead". Ambos aparecen en el disco, y su fantasma lo atraviesa. Adrain Sherwood los tenía delante mientras trabajaba, en forma de fotografías mirando hacia el estudio. "La gente vive en ti", decía en las entrevistas a los medios. Y es cierto: este disco es también una conversación con los que ya no están.

Esa energía, mezcla de duelo íntimo y derrumbe global, marca el espíritu de la obra. Pero lejos del dramatismo fácil o el lamento solemne, la música parece observar el caos con una mezcla de tristeza, ironía y una chispa de esperanza obstinada.

Un sonido de cine, polvo, metal y aire: 


Escuchar "The Collapse of Everything" es como atravesar un territorio que cambia a cada paso. No es un álbum lineal ni pretende serlo. Se siente más bien como una sucesión de escenas, como si Sherwood hubiese creado una película que no existe, pero cuya banda sonora respira vida propia.


La apertura:


El tema que abre da título al álbum con un tono casi orgánico. Hay flautas, piano y un bajo que late con calma, acompañado de un dub clásico que nunca desaparece del todo. No hay voces, solo rastros de algo humano. La sensación es la de estar viendo un lugar desde arriba, quizá un bosque, quizá una ciudad en ruinas, con la cámara suspendida en el aire. Más que una introducción, es una invitación a cruzar una frontera.

El choque: 

Luego llega "Battles Without Honour" and "Humanity", quizá el momento más feroz del disco. Es un tema tenso, casi bélico, donde los sonidos parecen mimetizar disparos, motores, pasos y amenazas. Sherwood lo construye como un pulso eléctrico lleno de graves que casi no se oyen, se sienten. Es un recordatorio de que el dub, en manos de un alquimista como él, puede ser un arma. No como metáfora, sino como vibración física.

Algo parecido ocurre con "The Well Is Poisoned (Dub)", donde Brian Eno aporta guitarras, ecos ascendentes y un aire amenazante que recuerda a Kid A y Amnesiac de Radiohead, pero trasladado a un clímax preapocalíptico en el que la Tierra parece suspender la respiración.

El guiño cinematográfico:

"Spaghetti Best Western" es un regalo para cualquiera que haya crecido viendo westerns. Adrian Sherwood invoca a Morricone sin imitarlo, mezclando armónica, guitarras reverberantes y un ritmo de trote que parece caminar sobre arena roja. Es humor negro, homenaje y distorsión a la vez. Si Tarantino fuese más dub y menos rock, esto sería suyo.

La belleza:

Hay temas que sorprenden por lo íntimos: "Body Roll" es casi un susurro, con aires de jazz nocturno, melodías de piano que caen como gotas y una tristeza suave que no hunde, sino que abraza. Es como estar en un bar vacío después del último cliente, mientras alguien limpia vasos y piensa en lo que ha perdido.

"Dub Inspector" es puro juego, una fantasía lounge que flota entre vientos, flautas y un fiscorno que parece canturrear. El disco, por momentos, se ilumina.

El clímax:

"The Great Rewilding" es una de las piezas más inquietantes y emocionantes. Hay percusiones que parecen animales electrónicos, pianos que entran como recuerdos borrosos, sonidos invertidos que dan la sensación de que el tiempo se pliega. Es un mundo que se reconstruye solo, como si la naturaleza quisiera ocupar de nuevo un espacio robado.

"Hiroshima Dub Match" cierra la herida con un tono de radiación poética, y "The Grand Designer" culmina el viaje como un rayo de luz que no borra lo vivido, pero señala hacia adelante.

Un disco que habla de nosotros:


Adrian Sherwood no hace sermones. Pero su música actúa como una especie de espejo distorsionado en el que se refleja el momento histórico que atravesamos: guerras, miedo, fragmentación social, tecnología que avanza más rápido que cualquier ética, y un planeta que parece pedir descanso.

ADRIAN SHERWOOD

El álbum sugiere una pregunta que no se formula, pero que se escucha entre líneas: ¿Qué hacemos nosotros mientras "todo se derrumba"? Y otra más: ¿Qué puede reconstruirse después del derrumbe?

Lejos de la oscuridad absoluta, Sherwood deja ver una chispa de vida. No es optimismo ingenuo, sino la convicción de que incluso en tiempos fracturados hay espacio para el asombro, para el humor, para el sonido que nos une aunque sea por unos minutos.

Un álbum que me gusta:


Porque no suena como nada que esté ocurriendo en el panorama actual, pero tampoco parece un artefacto vintage. "The Collapse of Everything" es música contemporánea en el mejor sentido, hecha por alguien que no se conforma con reciclar ideas. Es una obra de madurez creativa, pero también un gesto de libertad personal. Adrian Sherwood se permite explorar, jugar, llorar, deformar, recordar y proyectar. Y lo hace con la calma y la profundidad que solo tienen quienes no deben demostrar nada.

Es un disco que, como "My Life in the Bush of Ghosts" de Byrne y Eno o "Selected Ambient Works II" de Aphex Twin, invita más a entrar que a entender. Una obra que será revisitada dentro de años cuando queramos recordar cómo sonaba el mundo mientras intentaba recomponerse.

Disco recomendado


Si te interesa la música que construye paisajes, si te atraen los discos que dicen más con atmósferas que con palabras, si te gustan los álbumes que funcionan como películas sin imágenes, escucha "The Collapse of Everything". No es un disco inmediato, pero es de esos que se quedan en ti, que revelan capas nuevas en cada escucha y que convierten incluso el silencio en un lugar distinto.

Es, simplemente, uno de los trabajos más poderosos, conmovedores y humanos de Adrian Sherwood. Y un recordatorio de que, incluso cuando todo parece desmoronarse, la música puede abrir grietas por donde entra un poco de luz.

Video del tema "Spirits (Further Education)":


Tracklist:

1. "The Collapse of Everything" 3:53
2. "Dub Inspector" Sherwood 3:32
3. "The Well Is Poisoned (Dub)" Brian Eno 3:53
4. "Body Roll" 3:35
5. "Battles Without Honour and Humanity" 4:15
6. "Spaghetti Best Western" 4:33
7. "The Great Rewilding" 4:00
8. "Spirits (Further Education)" 3:24
9. "Hiroshima Dub Match" 3:54
10. "The Grand Designer" 3:08

Personal:

  • Adrian Sherwood – Producción, mezcla
  • Matthew Smyth – Ingeniería (todas las pistas), programación de batería (pista 5)
  • Frank Merritt – Masterización
  • Peter Harris – Diseño gráfico Guitarra, voz (6)
  • Doug Wimbish – bajo (1–4, 6, 9, 10)
  • Mark Bandola – guitarra (1, 4, 7, 9, 10), sintetizadores (2, 5, 8, 10), bajo (7)
  • Alex White – saxofón (2, 4), flauta (1, 4), órgano de lengüeta (4)
  • Cyrus Richards – piano, teclados (1, 2, 7)
  • Keith LeBlanc – batería (4, 8)
  • Chris Joyce – batería (7, 9)
  • Ivan "Celloman" Hussey – violonchelo (3, 8, 10)
  • Jazzwad – sintetizadores (5, 8)
  • Gaudi – sintetizador (2), piano (9)
  • Horseman – percusión (2, 10)
  • Brian Eno – guitarra, voz, efectos (3)
  • Dave Fullwood – fliscorno (2)
  • Alan Glen – armónica (6)
  • Crocodile – efectos

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